Hipertensión Arterial

Hipertensión Arterial.

¿Qué es la hipertensión arterial?

El corazón es un músculo que funciona como una máquina de bombeo. Cuando se contrae envía un torrente de sangre a las vías
circulatorias y a este empuje se le llama presión de sístole. Cuando el corazón se relaja entre latidos, disminuye la presión en las vías
circulatorias, y a esto se le llama presión de diástole.

Los niveles normales de presión son por debajo de 140 para la sístole y por debajo de 85 para la diástole.

¿Cuáles son los valores normales de tensión arterial (TA) y que significan? ¿Como se determinan?

Con independencia del estado de salud que se tenga, la presión arterial de cualquier persona no es constante sino que sufre muchas
variaciones normales durante el día, aunque se mida siempre en reposo.

Las cifras de presión arterial siguen un ritmo a lo largo de las 24 horas, que se reproduce de un día a otro y se llama ritmo nictameral de
la presión arterial, de manera que las cifras de presión son más altas durante el día y se reducen durante el sueño.

Estas son las circunstancias que aumentan transitoriamente los valores tensionales:

*El esfuerzo físico.
*Un cambio de tiempo, el frío.
*El traslado a un lugar de clima diferente.
*Emociones fuertes, el dolor, el miedo.
*Tensiones psíquicas, conducción de automóviles, hablar en público, discusiones enérgicas, ruidos entre otras.

Además, la toma de la presión arterial hace que se produzca una reacción de alerta que tiende a elevarla, a medida que se repiten las
tomas de presión arterial, esta tiende a bajar. Por eso no está de más que se tomen dos o tres veces las presiones y se considere la
última o la media de todas como presión real.

Si usted es normotenso conviene hacerlo cada dos años, con el fin de detectar precozmente cualquier elevación, puesto que no produce
síntomas.
Si es usted hipertenso y sus presiones han descendido hasta los niveles deseados es suficiente determinar las presiones cada tres
meses, salvo que haya alguna circunstancia o síntoma nuevo.

Hipertensión Arterial.
Diagnóstico

El personal médico diagnostica la hipertensión con el uso de un aparato que la
mide en una columna de mercurio, o con dispositivos digitales. La lectura se
expresa en mmHG, la abreviatura que indica milímetros de mercurio en la medida
de la presión parcial de gases. En la mayoría de los casos se toma la presión
arterial en el antebrazo, con el paciente sentado, acostado o parado. Se puede
acudir a las clínicas de asistencia primaria y farmacias para un control de la presión, y hay también aparatos que se pueden usar en la
casa.

Para los adultos las guías de medición son las siguientes

*Presión de diástole por debajo de 85 mmHG *Normal .
*Presión de diástole de 85 a 89 Normal alta.
*Presión de diástole de 90 a 104 Hipertensión leve.
*Presión de diástole 105 a 114 Hipertensión moderada.
*Presión de diástole por encima de 114 Hipertensión grave.

Cuando la presión de diástole está por debajo de los 90mmHG:
*Presión de sístole por debajo de 140 Normal.
*Presión de sístole de 140 a 159 En el límite de hipertensión.
*Presión de sístole por encima de 160 Hipertensión de sístole.

Los síntomas comunes de la hipertensión aguda incluyen ansiedad, mareos, fatiga y dolores de cabeza. Si la presión arterial es grave
los síntomas pueden incluir confusión, distorsión de la visión, náuseas, vómitos, dolor de pecho, respiración entrecortada, zumbidos en
los oídos, hemorragia nasal y sudor excesivo.

La evaluación médica incluye un examen físico y análisis de cambios en la retina que indican hipertensión, análisis de sangre (que
indiquen el funcionamiento de las glándulas tiroides y adrenales) y orina, electrocardiograma, y rayos X del tórax.

¿Qué pasa cuando la TA está elevada? Qué síntomas produce?

La hipertensión, al inicio, muchas veces no da síntomas marcados, sin embargo
puede producir diversas molestias, que deberían alertarnos de que algo anda mal.

* Dolor de cabeza (cefalea)
* Zumbido de oídos
* Adormecimiento de mitad del cuerpo.
* Visión borrosa o visión de «luces».
* Mareos al levantarse o al cambiar de posición.

La presión puede cambiar de un momento a otro dependiendo de la actividad, estados de ánimo, con cambios de posición, con ejercicio
o durante el sueño. La gente con presión alta no tiene que ser exageradamente ansiosa, compulsiva o «nerviosa».

Un hecho muy importante es que se puede tener la presión arterial alta y no saberlo ya que usualmente, no presenta síntomas. Por eso
se le llama «la muerte silenciosa».

En el 90% de los casos de hipertensión se desconocen las causas que la provocan. A este tipo se le llama hipertensión primaria.

¿Cómo se puede clasificar la hipertensión arterial?

Se desconoce el mecanismo de la hipertensión arterial más frecuente, denominada «hipertensión esencial», «Primaria» o «idiopática».
Existen otros tipos de hipertensiones, en las que se puede identificar claramente su causa desencadenante y reciben el nombre de
Hipertensiones secundarias. Así algunas enfermedades renales se acompañan de hipertensión (hipertensión renal); el exceso de
función de algunas glándulas endocrinas, originan elevación de la tensión arterial por aumento de la producción de mineralcorticoides
(hiperaldosteronismo) o catecolaminas (feocromocitoma).

¿Cuál es la causa de la Hipertensión Arterial (HTA)?

En la hipertensión esencial no se han descrito todavía, sus causas específicas, aunque se ha relacionado con una serie de factores que
suelen estar presentes en la mayoría de estos sujetos. Conviene separar, aquellos relacionados con la herencia, sexo, edad y raza y por
tanto poco modificables, de aquellos otros que se podrían cambiar al variar los hábitos, ambiente, y costumbres de las personas, como:
la obesidad, la sensibilidad al sodio, el consumo excesivo de alcohol, el uso de anticonceptivos orales y un estilo de vida muy
sedentario. Algunos factores que pueden desarrollar la HTA son:

Herencia:
De padres a hijos se trasmite una tendencia o predisposición a desarrollar cifras elevadas de tensión arterial. Se desconoce su
mecanismo exacto, pero la experiencia acumulada demuestra que cuando una persona tiene un progenitor (o ambos) hipertenso/s, las
posibilidades de desarrollar hipertensión son el doble que las de otras personas con ambos padres normotensos.

Si usted descubre que en su familia existen parientes consanguíneos que han sufrido ataques cardiacos (infarto de miocardio) a edad
temprana (menores de 50 años) o hipertensión arterial, tanto usted como su familia deberán tomarse la tensión arterial con cierta
regularidad.

Como carecemos de momento de medio para identificar el gen o los genes (en el caso de que intervengan los genes realmente en este
proceso). Lo que podríamos hacer es insistir en la conveniencia de que los hijos y descendientes de las personas hipertensas se
tomaran la tensión arterial una vez al año ( en cualquier caso todos nos tendríamos que tomar la tensión arterial con esa periodicidad) y
que estas personas presentaran especial atención a los factores que elevan la tensión arterial y que se han llamado modificables y por
tanto susceptibles de control como la obesidad, el exceso de sal en la dieta, consumo elevado de alcohol y la vida sedentaria.

Sexo:
Los hombres tienen más predisposición a desarrollar hipertensión arterial que las mujeres hasta que estas llegan a la edad de la
menopausia, a partir de la cual la frecuencia en ambos sexos es igualada.

Esto es así porque la naturaleza ha dotado a la mujer mientras se encuentra en edad fértil con unas hormonas protectoras que son los
estrógenos y por ello tiene menos riesgo de padecer enfermedades cardio-vasculares durante la edad fértil. De esta forma la naturaleza
protege a la mujer asegurando la procreación. Sin embargo, en las mujeres más jóvenes existe un especial riesgo cuando toman
pastillas anticonceptivas.

Edad y raza:
La edad es otro factor, por desgracia no modificable, que va a influir sobre las cifras de presión arterial, de manera que tanto la presión
arterial sistólica o máxima como la diastólica o mínima aumentan con la edad y lógicamente se encuentra un mayor número de
hipertensos en los grupos de más edad.

En los países industrializados la frecuencia de hipertensos entre la población mayor de 65 años es de casi el 60% lo que no quiere decir
que por ser frecuente la hipertensión en los ancianos, esto sea lo normal ya que ser hipertenso a cualquier edad conlleva aumento del
riesgo cardiovascular, es decir, del riesgo de padecer complicaciones como infarto de miocardio, hemorragia o trombosis cerebral,
insuficiencia renal, etc.

En cuanto a la raza, únicamente señalar que los individuos de raza negra tienen el doble de posibilidades de desarrollar hipertensión
que los de raza blanca además de tener un peor pronóstico.

Sobrepeso:
Independientemente de los factores no modificables que condicionan la hipertensión arterial otros factores a los que llamamos
ambientales (estilo de vida, dieta, etc.) son capaces de poner de manifiesto la enfermedad de forma más leve o más severa. En este
sentido, indudablemente, en la gran mayoría de los casos, el nivel de presión arterial e incluso la hipertensión arterial es el resultado del
estilo de vida de una persona. La relación que existe entre peso y presiones arteriales, y entre sobrepeso e hipertensión, se conoce
desde hace muchos años, y la reducción del sobrepeso se utiliza en el tratamiento de la misma también desde hace mucho tiempo.

Hay que partir del hecho de que un individuo con sobrepeso esta más expuesto a tener más alta la presión arterial que un individuo con
peso normal. A medida que se aumenta de peso se eleva la tensión arterial y esto es mucho más evidente en los menores de 40 años y
en las mujeres.

La frecuencia de hipertensión arterial entre los obesos, a cualquier edad que se considere, es entre dos y tres veces superior a la de los
individuos de la misma edad que estén en su peso ideal.

No se sabe con claridad si es la obesidad por si misma la causa de la hipertensión o si hay un factor asociado que aumente la presión
en personas con sobrepeso, aunque las últimas investigaciones apuntan a que a la obesidad se asocian otra serie de alteraciones que
serían en parte responsables del aumento de presión arterial. También es cierto, que a la reducción de peso hace que desaparezcan
estas alteraciones.

¿Qué es una crisis hipertensiva?

Existen circunstancias específicas en las cuales la hipertensión demanda un tratamiento inmediato, sin el cual se corren grandes
riesgos. Entre dichas situaciones especiales se puede resaltar la crisis hipertensiva.

Se presenta con un aumento considerable de la presión arterial, generalmente con presión diastólica superior a 120 mm Hg. Las crisis
se han clasificado en emergencias o urgencias.
Las emergencias hipertensivas comprenden los estados en los que se produce daño orgánico grave o progresivo. El daño orgánico se
puede manifestar como:

1) Lesión de la retina (hemorragias, exudados, edema de papila),
2) Alteraciones cardíacas (edema pulmonar, isquemia miocárdica o infarto),
3) Alteraciones del SNC (cefalea, alteraciones de la conciencia, convulsiones, coma) o alteraciones renales (hematuria, aumento de la
creatinina).

Si se desea evitar el riesgo de lesión permanente o muerte, en estas situaciones se debe reducir la presión arterial en una hora como
máximo.

Las urgencias hipertensivas son los estados en los que el daño orgánico es mínimo o poco evidente. En ellas se dispone de más
tiempo para reducir la presión arterial. El objetivo inicial del tratamiento consiste en reducir la presión arterial diastólica hasta 100 – 110
mmHg; hay que evitar una disminución excesiva o muy rápida de la TA, que fomentaría la hipoperfusión cerebral y la insuficiencia
coronaria. En general, la TA debe normalizarse en el plazo de varios días, según lo tolere el paciente.

¿Qué tan importante es la dieta para la prevención de la HTA? Qué papel juega el ejercicio en la HTA?

La sal excesiva en la dieta causa retención de líquidos y aumento de TA. Para disminuir la TA, el primer paso es disminuir el consumo
de sal total (incluida la contenida en el pan, los caldos concentrados, los alimentos preparados, etc.) hasta una cantidad menor de una
cucharadita al día.

Las necesidades diarias de sal están en torno a medio gramo al día (media cucharadita), pero en una dieta occidental normal se
consume ocho veces dicha cantidad, no sólo en sal de salero, sino también en snacks, quesos, embutidos, condimentos, sopas de
sobre.

El sodio no está sólo en la sal, sino también en el glutamato monosódico, la levadura, etc, por lo que hay que leer las etiquetas de los
productos envasados al hacer una dieta hiposodica estricta.

Puede mejorar la presión arterial el comer más frutas y verduras que contiene Potasio, y por ello favorecen esta reducción.

Por otra parte, el exceso de peso contribuye a un mayor trabajo cardíaco. La obesidad está asociada a la hipertensión arterial en gran
medida, en parte debido a que los obesos tienen un aumento de la insulina que a través de un menor flujo de la circulación renal
produce una retención de sales (Sodio).
Una dieta baja en calorías (1200 cal) con escaso aporte de grasas puede producir por cada 10 Kg de disminución de peso una
disminución de 10 mmHg. En algunas personas basta disminuir de peso para controlar la TA.

Otros factores dietéticos:

El tabaco y las bebidas con cafeína tienen un efecto de corta duración de aumento de la TA, pero no existe evidencia clara de que su uso
habitual pueda contribuir a una HTA (Hipertensión Arterial) sostenida. Sin embargo, el uso de tabaco puede acelerar el proceso de
arteriosclerosis en gente con HTA. Asimismo, el abuso habitual de alcohol puede contribuir al desarrollo y mantenimiento de HTA.

También se debe tener en cuenta que ciertos medicamentos aumentan la resistencia vascular, entre ellos están los Antiinflamatorios no
esteroideos (aspirina, diclofenaco, ketorolaco entre otros) los Anticonceptivos, los Simpaticomiméticos (salbutamol, efedrina, fenilefrina,
nafazolina, pseudoefedrina, anfetaminas, etc.) y los Esteroides.

Un programa de ejercicio aeróbico ayuda a fortalecer el corazón, a bajar peso y a controlar la TA. No se sabe el mecanismo exacto por el
que ayuda a bajar la TA. Se debe realizar un ejercicio adecuado a cada edad y a cada persona, por ello la realización de media hora de
carrera suave 2 ó 3 días por semana es suficiente para la mayor parte de las personas.

Los medicamentos formulados por el médico se debe tomar por cuanto tiempo?

Al haberse introducido nuevos grupos de fármacos y estas observaciones han llevado a orientar el tratamiento de la hipertensión a un
nuevo concepto, basado en un sistema más flexible que el anterior.

Actualmente se da más importancia a los tratamientos no farmacológicos (ejercicio, disminución de la obesidad, dietas pobres en sal)
para después pasar al tratamiento farmacológico.
Al comenzar con la elección de un fármaco la selección se hace más individualizada, habiendo menos tendencia a forzar la dosis. Si un
fármaco no controla la hipertensión se cambia a otro o se añade un segundo medicamento.

La prescripción de los medicamentos debe ser exclusiva del médico.

Incluso en hipertensos leves se tiende a suspender el tratamiento farmacológico al cabo de unos años, manteniendo o incrementando
las medidas no farmacológicas.

En general el tratamiento debe instaurarse cuando la media de las presiones diastólicas durante tres o cuatro meses sea igual o
superior a 100 mm Hg.

Si es menor, para iniciar un tratamiento, debe haber otros factores de riesgo a la vez, como puede ser una lesión cardiaca (hipertrofia
ventricular, insuficiencia renal, etc) u otros factores de riesgo (diabetes, historia familiar de enfermedad cardiovascular).

Debe de intentarse mantener la tensión diastólica inferior a 90 mm Hg, mediante un tratamiento que el paciente tolere bien. Los
diuréticos son frecuentemente utilizados en el tratamiento de la HTA ya que, como eliminadores de agua y sal ayudan a que la función
cardiaca se optimice.

¿Qué relación tiene la HTA con el infarto cardíaco?

El exceso de presión en las arterias mantenida durante un período de años y no tratada puede llevar a un gran número de
complicaciones. Algunas de las más importantes son las complicaciones cardiacas como la arterioesclerosis y la cardiopatía
hipertensiva.

ARTERIOSCLEROSIS

Cuando los vasos sanguíneos están sujetos a un aumento de presión mantenido, responden engrosándose, lo que los hace menos
flexibles. En estas arterias duras se fijan con facilidad las grasas que circulan en exceso en la sangre. A nivel de las arterias de los
riñones, la arteriosclerosis hace que llegue menos flujo al riñón, y los riñones responden liberando renina, una hormona que a su vez
causa un aumento de la TA. Esto exagera la HTA y causa aún más daño sobre los vasos sanguíneos.

CARDIOPATIA HIPERTENSIVA

Cuando la arteriosclerosis afecta a los vasos que alimentan el músculo cardíaco o miocardio (los llamados vasos coronarios), el
corazón se ve obligado a trabajar más para mantener el flujo sanguíneo en los tejidos. En algunos casos lo hace aumentando de
tamaño, con una hipertrofia del músculo cardíaco, haciéndose más rígido y menos eficaz. El resultado final puede ser la insuficiencia
cardíaca congestiva: El corazón se queda atrás en el bombeo de lo que la sangre circulante necesita, y los líquidos se estancan en todo
el organismo.

¿Qué tan útiles son los medicamentos en el control de la TA?

Dado que la HTA no suele dar síntomas, la forma de saber si los medicamentos están funcionando es tomarse la tensión arterial, en
principio siempre a la misma hora (la TA varía a lo largo del día). Una vez que la TA se ha normalizado, conviene tomarla una o dos veces
por semana, pero ya a horas distintas. El objetivo del tratamiento es mantener la TA en rangos normales a lo largo de todo el día.

Si es necesario tratar la HTA con medicamentos, en muchos casos dichos medicamentos tendrán que tomarse de forma continua
durante el resto de la vida. En ningún caso hay que dejar la medicación cuando la TA se normalice, salvo que su médico diga lo
contrario. Y si a pesar del tratamiento la TA vuelve a subir, consulte también a su médico.

Dr. Luis Guillermo Castillo Haro

Uno de cada tres adultos en el mundo sufre hipertensión

En Sonora México, hasta el 42% aproximadamente, posiblemente más, somos portadores de síndrome cardiometabolico, juntandose la DM tipo 2 con Hipertensión Arterial como las principales enfermedades cronicas y causa de enfermedad cardiocerebrovascular y primeras causas de muerte, desafortunadamente la mitad de la población en riesgo no lo sabe, y peor la mitad de lo que si lo saben no hacen nada por su salud, Debemos acudir al médico y monitorear las cifras de TA (presión arterial) y niveles de glucosa, colesterol total y triglicéridos con regularidad…

Anti-Retrovirales

Hace unas semanas nos quejamos de las decisiones unilaterales de los personajes que dirigen CENSIDA. No estoy de acuerdo de ciertas decisiones que además penosamente tienen que retractarse, Pero! Al analizar los resultados de las recientes mediciones de CV (carga viral) y CD4 (linfocitos T4 determinantes en este caso de estado inmunitario)me encuentro resultados, nos se si interesantes, penosos, o que? Pero si no nos gusta como nos juzgan a nivel central, caray encontré 3 pacientes que se les inicio TARV con linfocitos >500 células, adicionalmente CV’s no muy altas. Acepto que no conocí las circunstancias de la valoración medica inicial pero me cuesta trabajo imaginar un cuadro clínico de inmunodeficiencia de estos enfermos. Luego entonces como esperamos que no nos quieran regular, incomodamente desde México?, Ignoti Nula Curatio Morbid!

    • Al calor…

      Ni quejarse, mañana voy al calor de Hermosillo, y es que voy a que me examinen mi mente… a ver si paso.

      Gracias a Dios me toco basificarme en el HGN de la secretaria de salud estatal, y voy a completar trámites, me siento muy afortunado y agradecido y a seguir trabajando con ganas que para eso estamos por aquí…